(2015 – 2017) Proyecto financiado el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO). Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad, Convocatoria 2015. Referencia PSI2015-64517-R
Breve resumen de la investigación en desarrollo.
Equipo investigador
- Patricia Navas Macho (Investigadora Principal)
- Laura E. Gómez (Universidad de Oviedo)
- Benito Arias (Universidad de Valladolid)
- María De Los Ángeles Alcedo (Universidad de Oviedo)
- Verónica M. Guillen (Universidad de Cantabria)
- Delfín Montero (Universidad de Deusto)
- Natalia Larraz (Universidad de Zaragoza)
Antecedentes y Estado Actual
El envejecimiento de las personas con discapacidad intelectual (DI) ha sido definido por el Comité de Rehabilitación e Integración de las Personas con Discapacidad del Consejo de Europa como una ‘emergencia silenciosa’. Su expectativa de vida ha aumentado considerablemente, generando una nueva realidad social que requiere de nuevas políticas y prácticas de intervención por parte de los Servicios Sociales y Sanitarios. No obstante, a nivel nacional, carecemos de datos sobre las características, estado de salud y posibles dificultades de acceso a servicios socio-sanitarios de este colectivo. La mayor parte de la literatura científica en esta materia se ha generado en el ámbito internacional, así como en otros países de
Objetivo
Disponer de datos actualizados que permitan conocer la realidad de este grupo de población permitirá: (a) identificar las características y estado de salud de las personas con DI que envejecen; (b) identificar dificultades de acceso a servicios socio-sanitarios para delimitar buenas prácticas en este ámbito; (c) generar conocimiento científico en materia de salud, envejecimiento y discapacidad intelectual que capacite a los profesionales socio-sanitarios para diferenciar aquellas características o condiciones de salud asociadas a la edad de aquellas relacionadas con la propia discapacidad y; (d) proponer aspectos clave para el establecimiento de estándares de atención sanitaria teniendo en cuenta aquellas condiciones de mayor incidencia que durante esta edad se presentan en este colectivo.
Método
La encuesta EDAD (INE, 2008) estima el número de personas con DI mayores de 44 años en 32.500. Dadas las dificultades de acceso a esta población, garantizaremos la representatividad de los datos llevando a cabo un procedimiento de muestreo en varias fases. En primer lugar, realizaremos un muestreo aleatorio, teniedo en cuenta variables de estratificación como el tamaño del municipio, de aquellas entidades que proveen servicios, para posteriormente, seleccionar individuos mayores con DI dentro de las mismas, garazantizando la mayor diversidad posible de la muestra. Con objeto de contar con una muestra de control que permita establecer comparaciones entre la población con DI que envejece y la población mayor sin DI, accederemos a los microdatos de la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012 del Instituto Nacional de Estadística, alojados en su página web. Podrán realizarse así comparaciones intergrupo (ejerciendo el control estadístico sobre determinadas variables) para determinar aspectos tales como: (a) el Riesgo Relativo de determinadas condiciones de salud; (b) especiales dificultades en el acceso a los servicios; o (c) diferencias en variables consideradas como determinantes estructurales de la salud.
Resultados esperados
Los resultados de esta investigación permitirán abogar, en caso de que se identifiquen disparidades en el acceso a los servicios, por la defensa de los principios de inclusión de los segmentos de nuestra sociedad más frágiles a través de la identificación de líneas estratégicas de actuación para la mejor planificación de los servicios socio-sanitarios. Asimismo, podrán identificarse condiciones médicas de mayor incidencia en esta población, o factores de riesgo que pudieran influir de manera especialmente negativa en este colectivo, información que resultaría muy útil para la mejora de los procedimientos sanitarios de identificación precoz y diagnóstico, así como para la planificación de estrategias de prevención primaria que reducirían costes asociados a otras actuaciones de intervención más caras, de índole secundario o terciario.